Sin embargo, recientes estudios han llegado a una conclusión diferente y ahora todo encaja. Los datos que se han tenido en cuenta han sido:
- Las contínuas caras de malas pulgas
- Las pocas ganas de trabajar (especialmente si llegas hacia las 3, cuando directamente te manda a comer a tu casa)
- Su oscura vestimenta (sin tener en cuenta el reglamentario gorrito blanco)
- No sigue las pautas sociales (lleva su larga melena completamente fuera del susodicho gorro)
- Finalmente, pero no por ello menos importante, si alguien no se percata de que su pedido ya esta hecho, inmediatamente proyecta en todo el recinto un bramido gutural, algo así como: PRIMERO DE MENUUUUUUU!!!
En estas últimas semanas ha modificado su actitud. Ahora, si le dejas propina te dice (en alusión a la hucha con forma de vaca): MUUUUUUCHAS GRACIAS!!!!
Y no, no es coña...