domingo, 21 de marzo de 2010

El arte de clonarse



Ya en primer curso sufríamos para evitar esos condenados cuadraditos rojos del gestor académico. Pero por aquel entonces, la mayor dificultad se planteaba cuando dos prácticas te coincidían y no encontrabas ningún grupo libre para poder cambiarte, especialmente en anatomía, donde los repetidores rebosaban las mesas de la sala. Sin embargo, pocas veces un profesor no ofreció solución a esto, o simplemente permitió que te colaras en un grupo.

Hasta aquí bien. No obstante, en segundo curso, la cosa se complica proporcionalmente al número de asignaturas de primero que te hayan quedado. Y si no eres un Omar, o una Cora, es natural que te quede al menos una (Anato, tal). Todo empieza cuando un seminario de anatomía I te coincide con una clase de fisiología y, renunciando al conocimiento que alguna de estas dos clases te aporta, pides a un compañero que firme por ti en la hoja de asistencia (Ahora él, con tu nombre y DNI puede hacerse pasar por ti en importantes encuestas por interné, y por eso al Rock In Rio viene Hannah Montana). Y así en microbiología, en epidemiología, etc.
Pasas al nivel 2 del gestor académico: si eres una bruta (no quiero dar nombres) y coges todas las asignaturas de segundo, más las tres o cuatro que te quedaron de primero, te las verás pasar canutas al cuadrar las prácticas de todas ellas. Cosa que conseguirás con derrame de sangre y sudor…

…HASTA EL SEGUNDO CUATRIMESTRE. Cuando ya no sólo las clases de agronomía y microbiología te coinciden inexorablemente, sino también los seminarios y ¡los exámenes!

Caso A: Exposición de morfofisilogía + clase práctica de problemas de agronomía.
Caso B: Segundo parcial de microbiología + clase práctica de problemas de agronomía.

¿Cómo voy a estar exponiendo acerca de unos delfines de río al mismo tiempo que escucho sus ensordecedores berridos en clases contiguas? O lo que es peor, ¿cómo me exige faltar un examen por ir a una clase de problemas de echar caca en la tierra, a la que ya fui el año pasado, y a la que si no voy, me niega la evaluación continua?
Claro, la culpa es nuestra, “porque ya desde principios de curso debimos decidir a qué asignaturas matricularnos simultáneamente”. Para ella no es ortodoxo rotar una clase, cambiar la hora, o simplemente, permitir la asistencia voluntaria a la misma, pero sí lo es colocar el día y hora de un parcial con menos de un mes de antelación.

Es mi deber comunicarle, señora María del Pino, que a mí no me proporcionaron un clonador con la matrícula, ni me prestaron una muñeca hinchable llamada Vanesa.

5 comentarios:

  1. Oh bueno... llevas asignaturas de primero y segundo, que puedo decir que es un kaos total. Pero no me quedo solo ahí porque puedo decirte que llevar asignaturas de 1º, 2º Y, AND, PLUS 3º...eso, eso SÍ es el caos total.

    Ah, y obviamente... con clases por las mañanas y por las tardes y las prácticas de cada curso al contraro del horario de clases, te puede imaginar que mi prioridad no está precisamente en sentarme en un pupipre para hacer de Bob Esponja con "los conocimientos". Yo el día que puedo ir a clase, cuando llego a casa lo celebro con cava...ese día es un lujazo. U_U

    ¿Qué bonito estudiar veterinaria en la ULPGC, no?... ¡NO!

    Yasta.

    Un beso :-$

    ResponderEliminar
  2. Resucitar este blog no se pudo hacer de mejor manera.

    ResponderEliminar
  3. Bravo... por la entrada y por resucitar el blog, que hasta me han dado ganas de escribir al fin esa entrada largo tiempo pendiente. Por cierto, nunca me había parado a imaginar a Vanessa como una muñeca hinchable, pero ahora sólo puedo verla así, aunque con la boca cerrada. Lo malo es que parece que este año le han regalado personalidad, y no de la buena precisamente.

    ResponderEliminar
  4. Ohh que bonito...Una Cora salvaje apareció infiltrada en la entrada del blog! xD

    ResponderEliminar
  5. Me gusta la dedicatoria hacia la profesora de agronomía. Una asignatura sobre granjas no podría ser tan estimulante, sin duda.

    ResponderEliminar