martes, 13 de octubre de 2009

Fregonas del terroooor

Se suele decir que la vida del estudiante universitario es maravillosa, pero eso dista bastante de la realidad. En nuestro caso, aparte de los exámenes, trabajos y demás obligaciones tenemos que sumar una amenaza más: las señoras de la limpieza... si es que son señoras, claro.

En mi caso, tengo la duda de que pertenezcan a la raza humana. Creo que son miembros de alguna estirpe alienígena o alguna raza mitológica que se alimenta de sangre y vísceras humanas, preferiblemente de estudiantes universitarios. Y alguno estará pensando, a este no le gusta ir a la facultad y se ha inventado esta historia para no ir a clase... no señores, tengo razones para decir esto. O al menos es la única explicación que se me ocurre a las continuas encerronas a las que no someten dichos seres.

En nuestra facultad no puedes esperar a tener muchas ganas para ir al baño, y mucho menos pienses en ir justo a la hora de comer. Si lo intentas te encontrarás un cartel amarillo con una persona resbalándose directo hacia un golpe mortal en la cabeza, y justo detrás del cartel habrá una "señora" que te dirá que no puedes pasar, que está limpiando. ¿Qué persona en su sano juicio decidiría limpiar un baño precisamente tras la hora de comer? Ninguna, a no ser que pretendas mermar las capacidades físicas de los frustrados usuarios, que intuyo es lo que pretenden estos seres. Luego aprovecharán cuando estemos sentados y no podamos aguantarnos en pie por las ganas de ir al baño para darnos presa... pero aún no lo han conseguido.

Por suerte esta táctica ya la conocemos, y aún así la siguen utilizando día tras día. Sin embargo de vez en cuando nos sorprenden con tácticas nuevas, como un día que decidieron limpiar la entrada a la cafetería exactamente a las 13:00, el momento en que todos vamos a comer. Nosotros, valientes como pocos, nos aventuramos a pasar por encima del suelo resbaladizo, y por suerte no corrimos la misma suerte que el monigote del cartel que prohibía el paso. Otro día será, monstruos de desconocido origen.

Sin embargo han habido dos situaciones en las que he sentido verdadero pánico. Una fue durante una clase de Inmunología, en la que nuestro profesor, como siempre, prometió darnos una pausa entre las dos horas que duraba la clase, para que nos aireáramos. Una vez más mintió. El caso es que Tribell y yo decidimos salir de la clase por miedo a que nuestros párpados se quedaran pegados para siempre por el sopor de la clase. Al abrir la puerta el paisaje era desolador: todo es suelo de la sala que hay frente a la clase relucía, indicando que acabada de ser limpiado. Nos encontrabamos encerrados, con la espalda contra la puerta. Habían dos opciones, volver a encerrarnos en el infierno de inmunoglobulinas y antígenos, o arriesgarnos a pisar el suelo resbaladizo. Decidimos probar suerte una vez más, y llegamos sanos y salvos sin que el artífice de la trampa nos viera pisar su venerado suelo limpio. En otra ocasión no tuve tanta suerte. Fue allá por el mes de Junio, cuando andaba enpapándome los libros de anatomía, junto a otros compañeros, cuando tras uno de los descansos de rigor, volvíamos a la sala de estudio y nos encontramos una vez más con el suelo reluciente. Esta vez no nos dió tiempo ni plantearnos el pasar por encima, pues acto seguido se oyó una voz profunda al otro lado del pasillo: "No se puede pasar, está recién fregado". Al mirar vi que se trataba de uno de los que más miedo me da, puesto que tiene el pelo del color de las llamas del infierno y debe guardar cierto parentesco con Jabba el Hutt. Al rato se escuchó una risa malévola que dejaba claro lo mucho que se alegraba de que hubiésemos caido en su trampa (deduzco que no quería que estudiásemos para que así estemos más años en la facultad y por tanto tengan más oportunidades de darnos caza). El caso es que sigo oyendo esa risa noche tras noche, y apenas me deja dormir.

Recientemente he hecho un descubrimiento que me aterra aún más, puesto que significa que están aumentando su número y se están empezando a organizar con medio de transportes para poder darnos caza. He aquí la prueba.
Ya sabeis, si en vuestra facultad aparecen carritos con matrícula... HUID.

No hay comentarios:

Publicar un comentario